viernes, 2 de agosto de 2013

Corea - Buenos Aires por Unchung Kim

Cuando decidí viajar a Buenos Aires, mi vida no era tan buena. Si la veías desde afuera, todoestaba bien. Tenía un buen trabajo, una casa linda y estaba sana físicamente, pero no era feliz. Me parecía que nada o nadie podía hacerme feliz. Me sentía perdida y aburrida con la vida. Me moría por dentro. Creía que necesitaba un cambio, un cambio muy grande y fuerte para cambiar y volver a vivir con pasión.
Decidí viajar por un año. Pensé que un año era suficiente para buscar qué es lo que quiero hacer por el resto de mi vida.
Entre New York y Buenos Aires, elegí Bs As porque había pasado cinco semanas en NY antes y entonces ya conocía un poco de esa ciudad, pero no sabia nada de Buenos Aires. Eso me hacía sentir curiosa y quería ‘descubrirla’. Además, estoy siempre interesada en la cultura de España y latinoamerica y quise aprender español. Me parecía que venir a Bs As me serviría.

Deje mi trabajo y mi vida en Corea y vine a Buenos Aires.
Estudié español en la UBA por dos meses, después no tome más clases, porque pensé que podía seguir estudiando yo misma pero no funcionó bien. Deje de estudiar español y empecé a tomar clases de Tango. Eso, bailar Tango, cambio mucho mi vida en Buenos Aires.
Eso me ayudó a hacer muchos amigos y me ayudó mucho a entender la cultura argentina.
El Tango y la vida son muy parecidos. Dicen que se necesitan dos para bailar tango. Eso significa que no se puede bailar Tango solo, que se necesita siempre otra persona. Eso quiere decir que no importa cuán bueno eres, sino poder seguir a un otro. Lo más importante en el Tango es la conexión entre las dos personas que están bailando juntas. Sin conexión, no hay tango, creo. Cuando existe conexión, el Tango se vuelve un romance muy hermoso e inolvidable. Pero, eso solamente dura lo que dura una canción, nada más. Cada pieza de baile es un romance distinto.
Los roles del hombre y de la mujer en el Tango son conservadores comparado con las relaciones modernas. Él lleva, ella lo sigue. En la sociedad moderna, todos son iguales. Pero, me gusta el rol de mujer en el Tango porque no está permitido en muchos lugares como por ejemplo en el trabajo. Soy una persona y una mujer. Me parece que me olvidé por mucho tiempo como ser una mujer porque estuve muy ocupada con cosas y no tuve oportunidades suficientes para ser romántica y sentirme sexy. El Tango me ayudó mucho a volver a ser yo misma.
No bailé Tango por tanto tiempo porque estuve afuera de Buenos Aires viajando a otras ciudades y países, pero el Tango siempre estuvo en mi corazón en cualquier lugar donde estuviera.

Viajar a Buenos Aires y bailar Tango son cosas que cambiaron mi vida mucho.

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